Por Cristian Tauil
Es necesario denunciar las injerencias perpetradas desde días previos a las elecciones en Venezuela que dieran como resultado el triunfo del Presidente Nicolás Maduro, así como el desconocimiento del resultado electoral y de la voluntad popular por parte del gobierno argentino en complicidad con la mayoría de la prensa hegemónica. En un intento orquestado por los mismos de siempre, pretenden echar un manto de sombras sobre la transparencia en la trasmisión de los resultados por parte de la Comisión Nacional Electoral que funciona como órgano independiente del Estado.
Esta decisión tiene como objetivo colaborar con la construcción de las condiciones para que se avance en un golpe de estado en Venezuela, con el fin de desestabilizar toda la región en función de los intereses del imperialismo norteamericano, en el marco de su disputa económica geopolítica con otras potencias mundiales (Rusia, China).
Es que el verdadero interés de los EEUU no puede ocultarse: quieren apoderarse del petróleo venezolano, que en la actualidad representa el principal reservorio de combustibles fósiles del mundo, y para ello debe culminar, a como dé lugar, con el proceso bolivariano.
En este contexto, corresponde que nos preguntemos: ¿Quién es Edmundo González Urrutia el protegido por la golpista María Corina Machado? En primer lugar es el candidato de la embajada de los EEUU en Venezuela. Y que, tal como diera a conocer la exfuncionaria colombiana, María Catalina Restrepo Pinzón de Londoño, mediante misiva enviada a Diosdado Cabello, tiene vinculación con los escuadrones de la muerte.
Urrutia, graduado en estudios internacionales en la universidad de Venezuela realizó su carrera diplomática en EEUU. Allí cursó un master en la American University en Washington entre 1978 y 1980 sobre relaciones internacionales, que dan cuenta de su ideología.
Edmundo es un hombre de la CIA: fue captado por esta agencia cuando trabajó en el servicio internacional de su nación. El 24 de marzo de 1976 ingresó como funcionario de la embajada venezolana en EEUU en pleno desarrollo del Plan Cóndor y el 27 de julio de 1981 fue trasladado a la embajada de Venezuela en el Salvador donde cumplió funciones hasta el 20 de julio de 1983. Allí cumplió órdenes de quien en ese entonces era embajador de Venezuela, Leopoldo Castillo, y a quienes se los vincula a episodios vinculados al exterminio de la guerrilla en el Salvador.
Concretamente se los acusa, a Urrutia y a Castillo, de haber formado parte de episodios vinculados al secuestro, desaparición y muerte en el marco de los escuadrones de la muerte.
Edmundo estaba comprometido porque fue parte activa en el financiamiento y la logística de estos crímenes de lesa humanidad. La situación era tan grave que la propia Iglesia y algunas organizaciones internacionales alzaban la voz contra la violencia, que se sabía, contaba con el apoyo irrestricto de la misma embajada.
¿Quién fue Leopoldo Castillo el que en ese entonces fuera embajador de Venezuela en el Salvador?… un periodista que recibió algo más de 6 millones de pesos para construir un Telesur paralelo, creando cargos inexistentes con el fin de seguir robándoles a los venezolanos. Todo ello en un contexto de bloqueo ilegal por parte por los EEUU.
Por estos motivos González Urrutia fue considerado el mejor candidato por los EEUU para enfrentar a Maduro. Esta elección, sin ningún lugar a dudas, forma parte del concurso de las sanciones económicas dictadas contra la revolución Bolivariana y que pretenden consolidar, con el desconocimiento del resultado electoral, un golpe de estado que desestabilice toda la región.
Quienes reclaman que el gobierno muestre las actas realmente lo hacen en el mejor de los casos, desde la ignorancia por no decir que todos son parte de un mismo prejuicio que tiene por objeto deslegitimar el árbitro de la elección que es la CNE órgano independiente del estado, comparativamente, sería como los jueces de la Suprema Corte de Justicia de acá. Son independientes del poder Ejecutivo, deciden ellos, tiene su propio estatuto, son los responsables directos de la elección.
El problema deviene de que la CNE dijo que las elecciones las ganó Maduro y que habían sido víctimas de un Ciber ataque. No existe motivo alguno para no pensar que, lo dicho por la CNE, es la verdad.
Pero el daño ya fue producido por que si mañana finalmente la CNE mostrara pruebas de los resultados y confirmara que ganó Maduro, también la oposición diría que es fraude, porque el objetivo de la oposición no es ganar las elecciones, porque son unos cachivaches incapaces de construir una alternativa política seria democrática para el pueblo de Venezuela, el objetivo de la oposición es promover el golpe de estado.
El escenario de Venezuela deja en claro quiénes son los enemigos del pueblo bolivariano, quienes son sus aliados y cuál es el plan de dominación que pretenden instaurar allí y en toda nuestra América.
Nada nuevo bajo el sol.