Quedaron conformadas las alianzas y las candidaturas que se enfrentarán en las elecciones del presente año. Contra todos los augurios pesimistas el Frente De Todos logró una síntesis que lo pone en carrera con buenas perspectivas electorales. Palabra Activa fija su posición ante la difícil coyuntura.
En una hábil maniobra que desorientó a todo el arco opositor la alianza gobernante supo deponer, al menos de momento, sus largas disputas internas y lograr una fórmula que rápidamente alineó a todos los actores que componen e integran el Gobierno. En medio de una larga, y seguramente innecesaria, tensión intestina que degastó los últimos meses de gestión, los máximos dirigentes del campo popular supieron deponer sus diferencias en pos de garantizar la unidad político-electoral. Tras haber amagado durante semanas en insistir en una interna que seguramente hubiera debilitado sus chances electorales el Frente de Todos, ahora re bautizado Unión Por la Patria, supo elaborar una síntesis que cambió el escenario de forma definitiva. El binomio Sergio Massa-Agustín Rossi es, sin duda, una fórmula compleja de digerir inicialmente para una parte importante de la sociedad argentina pero a la vez demostró tener la fortaleza necesaria para lograr un amplio consenso al interior del oficialismo.
Esta fórmula debe ser comprendida entonces como una estrategia electoral hija de la dificultosa coyuntura político-económica que estamos atravesando. Es decir que estas candidaturas deben ser analizadas no con una visión ideológica-idealista sino desde una mirada estratégica que comprenda que es lo que se dirimirá este año en las urnas.
Las inocultables dificultades económicas como así mismo las enormes asignaturas pendientes que el gobierno de Alberto Fernández carga sobre sus espaldas, no pueden ni deben confundir a las mujeres y hombres que nos sentimos parte del campo nacional y popular. La única alternativa viable para la conformación de un programa de gobierno que incluya y de respuestas a las impostergables demandas de las grandes mayorías, es fortalecer el proyecto de recuperación política iniciado en 2019 y dotar al nuevo gobierno de la mayor fortaleza posible para lograr las profundas transformaciones que nuestro pueblo reclama. No se trata entonces de empecinarnos en imponer deseos individuales o mantener inmaculados purismos ideológicos que, por más nobles que parezcan, pueden conducirnos a una catástrofe política que sumará más dolor a nuestra empobrecida patria; sino de obturar por todos los medios y con todas las herramientas disponibles el retorno de la derecha cavernaria al gobierno del Estado.
Nuestro destino como pueblo depende de que no repitamos los mismos errores que nos llevaron a la derrota del 2015. No hay margen para volver a equivocarnos. Este año será una elección definitiva: mantener la unidad para vencer o dividir para sufrir la derrota.
Muy buena y clara la nota.En mi opinion el analisis se ajusta bastante al proceso que se ha podido visualizar a traves de los medios que se expresan con seriedad y no con hipocresia.