Las formas de lucha frente a las infinitas formas en las que se presenta el capitalismo suelen manifestarse a través de la organización de personas que pasan a formar un colectivo heterogéneo pero siempre con un mismo objetivo. Las expresiones artísticas no escapan a esta lógica ya que ellas aportan una cuota importante a la hora de militar una idea: lo lúdico.
El arte, la lucha y la organización se amalgaman y se encuentran en distintas disciplinas, entre ellas, el teatro comunitario, un teatro de la comunidad para la comunidad. Es una rama del teatro que se distingue por la participación de los vecinos y las vecinas de un barrio o distrito para recuperar su historia desde la construcción comunitaria. Esto implica que en diferentes medidas, todos los miembros intervienen en el proceso de construcción de las obras, a través de las cuales el objetivo principal es recuperar la memoria del lugar que se habita para no perder la identidad barrial, muchas veces solapada por el relato histórico hegemónico. De esta forma, el TC asume el arte como un medio de transformación social, donde las vecinas y vecinos asumen un rol activo tanto dentro como fuera de la obra para incidir en la cultura de su comunidad.
Por lo tanto se fortalecen los lazos colectivos que tanto quiere destruir el pensamiento imperialista y globalizado. Asimismo, es un espacio donde la idea de que lo lúdico es solo para niñxs se quiebra; el juego está presente en cada ensayo ya que permite externalizar los sentires de cada actor y actriz. El TC toma entonces al juego como un elemento disruptivo que rompe con la rutina diaria opresiva para que sea apropiado también por lxs adultxs.
En 2015 surgió el grupo Merequetengues con la idea de hacer teatro comunitario para contar la historia de Hurlingham. Luego de habitar diferentes espacios del municipio, el año pasado comenzaron a ensayar en la sala de teatro “La Batato”, ubicada en el Barrio 9 de Julio, a pocas cuadras de la Goodyear. El mes pasado, tras dos años sin poder presentarse en los escenarios, re-estrenaron la obra “Desde Paso Morales hasta acá” donde hacen un recorrido desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, enmarcada en las tensiones y conflictos que atravesaron a nuestro país en el mismo período.
La calle de La Batato o del Espacio Merequetengue, se colmó de vecinos y vecinas a lo largo de Juan de Garay al 400, objetivo fundamental para que el barrio se apropie no solo de la obra, sino también de su historia y del lugar que habita. El espectáculo al aire libre y a la galera permitió reunir a cientos de personas para generar un sentido de comunidad.
Merequetengues de Hurlingham promete volver, como dice la canción que cierra la obra, para mediados de julio en el Centro Cultural Leopoldo Marechal, lugar significativo para el municipio y que es nombrado en diferentes momentos de la obra. En 1947, la fábrica textil Italar instaló en ese predio un club social para los trabajadores de la empresa. Más tarde, se inauguró el cine ISA para que los obreros de la fábrica accedan a películas que se estrenaban en las salas de Capital Federal.
En palabras de Edith Scherr, directora del grupo de teatro comunitario Matemurga «El arte comunitario ensancha el horizonte, mueve la realidad, empodera a les vecines, construye ciudadanía, propicia un buen vivir, imagina mundos, motoriza la esperanza.»
Mariana Buonomo
Para Palabra Activa
Fotografía: Nahuel @joquinpenna