LA LEY DE ETIQUETADO FRONTAL DE ALIMENTOS FUE PARALIZADA, POR LOS DIPUTADOS DEL BLOQUE DE JUNTOS POR EL CAMBIO, EN LA CÁMARA DE DIPUTADOS. NO PERMITERON QUE SE CONVIERTA EN LEY. PRIMARON LOS INTERESES POLÍTICOS Y ECONÓMICOS DEL MERCADO ALIMENTICIO.
La Ley de Promoción de Alimentación Saludable, también conocida como Ley de Etiquetado Frontal, representa un proyecto que tiene como base prevenir la malnutrición de la población en general. Mediante un sistema de etiquetado, ubicado al frente del envase, para advertir al consumidor la presencia de altos niveles de “nutrientes críticos”, que corresponden a grasas saturadas, grasas totales, sodio, azúcares y /o calorías presentes en bebidas y alimentos.
Este Proyecto de Etiquetado Frontal, propone que el frente del envase lleve una señal octogonal negra, con bordes y letras de color blanco, que advierta sobre los excesos de “nutrientes críticos”, que sobrepasen los límites fijados por la Organización Panamericana de la Salud. Los nutrientes son sustancias que vienen del exterior del organismo, contenidas en los alimentos y que proporcionan energía a las células, para lograr el desarrollo, crecimiento y renovación de los tejidos. La modernización y los intereses económicos de la industria alimenticia, han intervenido en la elaboración de los alimentos en cuya transformación artificial, ganaron peso, sabor y conservantes a largo plazo. Son los llamados “nutrientes críticos”, un ejemplo simple, son las leches deslactosadas, con agregado de probióticos, distintos niveles de grasa, etc. Si bien se ha logrado una mayor disponibilidad en la variedad de alimentos industrializados, tantos procesados como ultraprocesados, ambos no se asemejan en nada a su formación original, leches, salchichas, sopas instantáneas, helados, hamburguesas, carne reconstituida, papas fritas, etc., el resultado, a lo largo del tiempo, da en Argentina que el 61, 6 °/° de las personas tienen exceso de peso, 36,2 °/° tienen sobrepeso y 25,4 °/° obesidad (Encuesta de Factores de Riesgo, OPS, UNICEF, OMS)
Los “alimentos críticos” llegan a niños/as, adolescentes, jóvenes, adultos, embarazadas, vegetarianas/os, veganas/os, personas con comorbilidades de la población, etc. Esta ley tiene el propósito de garantizar el derecho a la salud y a la información de la población, para tomar decisiones que piensen en el bienestar social, contribuyendo a la prevención de la obesidad y enfermedades crónicas y al fortalecimiento del sistema inmunológico. Se necesitan acciones bien pensadas de la ciudadanía, para exigir una vida sana y plena. Mediante el voto en noviembre, debemos convocar a legisladores que defiendan, el derecho a una alimentación saludable que llegue a toda la población.