Editorial
Por Palabra Activa
El domingo 22 de octubre, una vez más, la ciudadanía acudió a votar. En un clima de creciente radicalización política por parte de las expresiones de la derecha; Unión por la Patria se impuso por el 37% de los sufragios. Juntos por el cambio sufrió una dura derrota que los puso al borde de la ruptura. Balances de una jornada histórica.
Finalmente y a pesar de la compleja situación económica, el inevitable desgaste que el ejercicio del poder le imprime a todos los oficialismos y la continua campaña mediática de desprestigio; el pueblo se expresó en un claro respaldo a la fórmula Massa-Rossi.
Rompiendo los cada vez menos creíbles vaticinios de las encuestadoras y desafiando la maquinaria propagandística de los medios de comunicación dominantes, nuestro pueblo retomó la iniciativa política en un claro mensaje electoral para propios y extraños. El aval expresado a la fórmula oficialista (que remontó más de 10 puntos desde las PASO) es, al mismo tiempo, un freno a las expresiones ultra-derechistas que se nuclearon en torno a Bullrich y Milei. Es decir que lejos de la teoría que propone una “ derechización de la sociedad argentina” los resultados finales parecen demostrar que existe en el interior de nuestra sociedad una “reserva democrática” que comprendió y asumió la tarea de poner un freno a la avanzada neo-fascista. La aplastante derrota sufrida por Juntos por el Cambio (que acabó por dejarla fuera del ballotage) no solo expuso la fractura interna de ese espacio, sino que también reconfigurará todo el mapa político argentino.
La inapelable victoria alcanzada tanto por Kicillof en provincia de Buenos Aires y de Selci en nuestro distrito, ambos por más del 45 % de los votos, es también clara señal de la vigencia política que, a pesar de la continua campaña de estigmatización mediática y persecución judicial, el kirchnerismo sigue teniendo en nuestra sociedad.
Es en este contexto que el domingo 19 de noviembre se dirimirá en las urnas la última batalla de una larga lucha. Por un lado la ultra-derecha neo fascista (apoyada por los grandes grupos económicos trans-nacionalizados, los sectores residuales de la última dictadura militar, los grandes monopolios mediáticos y ahora también por el propio Mauricio Macri) y por otro lado todos aquellos que creemos imprescindible fortalecer la democracia y construir una sociedad más justa.
Nunca una elección será tan importante. Tampoco nunca será tan fácil elegir el lado correcto de la historia.