Los medios de comunicación hegemónicos suelen incorporar a sus agendas noticias sobre el norte del país cuando ocurre un hecho de suma violencia. La comunidad Wichí fue y sigue siendo el blanco predilecto para el morbo de estos medios, que tienden a mostrar la más extrema pobreza sin cuestionarla. El mismo tratamiento reciben las niñas y las adolescentes wichís que son violadas, asesinadas y re victimizadas por la sociedad.
El aparato mediático logra centrar a esas mujeres por unos minutos y luego dejarlas en el olvido por el simple hecho de ser pobres de origen wichí. La desidia se hace más fuerte cuando el Estado parece no llegar a los lugares más recónditos de nuestro país: los organismos están pero no actúan a tiempo.
Florencia tenía 14 años. Había crecido en la comunidad wichí de Carboncito, en Salta, pero vivía en Pichanal. A principios de este mes fue asesinada y su cuerpo fue arrojado cerca de la Ruta Provincial Nº 5. Dos hombres fueron detenidos, entre ellos un adulto que se decía pareja de la niña desde hacía años. Algo similar ocurrió con Julia, una niña wichí de 12 años, por cuyo femicidio en la localidad de Pluma de Pato está preso un adolescente. “Nuestra idea es poder visibilizar estas situaciones de violencia que existen especialmente con la gente de las comunidades indígenas, queriendo naturalizarla por años. Más allá de todo tipo de violencia a través del machismo y el patriarcado, el abandono de quienes se tienen que hacer cargo. Lo que exigimos es que las políticas que ya existen lleguen a estos lugares. Hay una secretaría de Diversidad, Mujeres y Géneros, y de Asuntos Indígenas: queremos que lleguen», denunció Leti Quispe de la agrupación Kuape Äi.
Al momento del cierre de esta nota, otra joven wichí de 16 años fue asesinada en la localidad chaqueña de El Sauzalito, ubicada en el interior de la provincia. La menor, identificada como J. A. R, fue hallada semidesnuda y con marcas provocadas por golpes. Para que América Latina sea toda feminista primero debemos asegurar que los derechos humanos sean garantizados sin ningún tipo de distinción social. Las organizaciones sociales no debemos quedar al margen de la situación, nuestro análisis es fundamental, pero las acciones también.
Mar Buonom