La 3ra Guerra Mundial se batalla en la tierra negra de Ucrania, las arenas de Palestina, las aguas pobladas de drones y submarinos nucleares del Golfo Pérsico, barcos y aviones se vigilan recelosos en el estrecho que divide el continente chino. Su isla mayor, el corredor de países africanos subsaharianos que une el Atlántico y el Mar Rojo mata y muere con los ejércitos mercenarios de sus ex potencias coloniales.
En América Latina numerosos gobiernos intentan políticas soberanas para defenderse de las maniobras financieras, ataques de sus oligarquías y narcos, entre otras asociaciones no tan anónimas, pero peligrosas y armadas. Esta defensa permanente nos quita la oportunidad de unir experiencias en un plan mayor que abarque al continente, del modo que sumaron Néstor/Lula/Chávez en el 2005.
Hoy tenemos liderazgos regionales desplegados para unir lo disperso.
Por eso la importancia de sumarnos al BRICS es una expectativa abierta, para tener al menos socios de negocios entre las potencias que están creciendo para contrabalancear al imperio, en función de los intereses nacionales coordinados. Massa hizo los deberes que iniciaron Cristina y siguió Alberto: ató lazos y unió intereses con China, aseguró con Brasil, amenazó un club de deudores con Egipto, pagó deuda con yuanes.
La postura del candidato autopercibido felino, aupado por el macrismo es inenarrable: atarnos a ser una colonia norteamericana, romper con socios y aislarnos de la disputa de bloques, desandar la larga disputa por Malvinas… esto es: convertirnos en un territorio asociado de tercera, sin moneda propia, solos y endeudados con el accionista mayor del norte.
Si uno/a les deja hablar, comprende como generan enemigos en cada franja de la población dolorida y necesitada. Sus asociados y asociadas muestran sin pudor 40 años de retroceso en derechos humanos, reivindican las políticas de la dictadura, 8o años en derechos sociales, 3 siglos en política económica, una era completa en materia de concepción de sociedad y país.
Está claro que tienen mucha historia desconocida, incomprendida, atragantada, indigerida… entre sus propuestas solo falta retomar a Jonathan Swift, cuando propuso en tono satírico comer niños pobres para resolver la pobreza. Admirador de Al Capone, el inestable y extraño líder que recibe mensajes de su perro muerto y asesoramiento de su hermana es el símbolo del dolor y la decadencia, no de la esperanza.
Está en nosotros construir esa bandera. Con lo mejor de nuestras tradiciones y reivindicaciones nacionales. Con el espíritu de unidad que nos aflora cuando una causa o una desgracia son sentidas como de todos y todas.
Quizás volver a lo básico: no podemos ser rehenes de quienes controlan la comida, la justicia o la palabra. El mundo y la sociedad cambian demasiado rápido para quedar atrapados por esquemas y reglas de juego legales diseñadas para otra sociedad, mercado, sistema político.
Quizás sea hora de encarar una reforma de nuestra Ley Suprema en un debate capaz de poner en discusión qué sistema de justicia queremos, cómo entendemos hoy que debiera ser el acceso básico a lo indispensable para vivir, a garantizar los derechos de igualdad de oportunidades realmente, para que todxs y no sólo quienes puedan pagarlo, tengan alimento, derecho a la palabra, acceso a educación y salud, techo y trabajo.
Gustavo Zapata
Secretario general de CTA
Morón –Hurlingam -Ituzaingó