Los incendios forestales en Corrientes, descubren, los grandes negociados que silenciosamente roban el territorio de la Patria.
Hay que recordar que los espacios estratégicos que se eligieron para vender tierras a empresas extranjeras, contienen los mejores lugares de nuestro amplio territorio. La gran excusa de venta está representada en las tierras para viñedos, la megaminería, la explotación lanera, la extensión de la zona sojera, incluyendo las tierras para el turismo, en los lugares más bellos del país.
Las mayores injusticias se cometieron en la década de los 90 con el gobierno neoliberal de Menen y Cavallo. La Ley de Tierras sancionada en febrero de 2021 no llegó a tiempo, las mejores tierras ya estaban vendidas. La Comisión de Ambiente de la Cámara de Diputados (2020) inauguró el debate para la sanción de una Ley de Humedales, el tratamiento traía urgencia por los incendios en el Delta del Paraná, pero se interrumpió su debate por tercera vez y por lo tanto, el proyecto, perdió estado parlamentario. La Provincia de Corrientes, donde siempre arden palmares, humedales, pastizales, bosques, plantaciones forestales e infraestructura rural, señaló disidencias con respecto a la propuesta. La presión de este bastión de resistencia a la normativa, viene del centro de la matriz productiva. Les interesa el monocultivo forestal de especies exóticas y están allí, empujando los arroceros y los ganaderos. Esta provincia ostenta una postura histórica en cuanto a la negativa que el Estado Nacional regule las actividades de los campos privados. Pero organizaciones como La Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas, la Federación Agraria y CONINAGRO, piden continuamente ayuda estatal por incendios o sequía.
Es conveniente mencionar que en los Esteros del Litoral, la familia de los terratenientes ganaderos, los Romero Feris, vendieron 30.000 has. y miles de animales a un gran monopolio chileno de la madera, que plantó todo el campo de pinos y eucaliptus. Estas tierras pasaron, luego, a los dueños de la Universidad de Harvard. Cada árbol de estas especies necesita por día 200 litros de agua, llegan a su desarrollo productivo en suelo litoraleño en 12 y 18 años. Mientras que en sus lugares originarios (Canadá y Estados Unidos) se cosechan a los 60 y 70 años. Estos grandes capitales y los medios de comunicación, quieren responsabilizar con múltiples y mentirosas excusas, a los incendios forestales, omiten señalar que el principal factor que ayuda a la expansión del fuego tiene que ver con las plantaciones de eucaliptus y pinos, en enormes extensiones de la provincia, donde van reemplazando los bosques nativos y rodeando los humedales con negocios desarrollistas del gobierno provincial, presidido por el gobernador Valdés (UCR-Cambiemos) y empresas forestales de Bélgica y Austria.
El Gobierno Nacional, entre otras cosas, propulsa una nueva Ley de Humedales, donde debe figurar la prohibición de venta de tierras a los grandes capitales extranjeros, para que no continúe esta devastación del suelo del Patrimonio Nacional. El pueblo correntino vive los incendios, las sequías y la miseria. Los dueños de la tierra se quedan con los árboles, el agua y siguen sin pagar impuestos, ni retenciones. Reflexionemos cómo las políticas neoliberales favorecen abiertamente los intereses de los sectores oligárquicos y monopólicos, ganando en dólares y adormeciendo la memoria en perjuicio del pueblo argentino.
Daniel Albornoz