Por «PALABRA ACTIVA»
En medio de las inocultables disputas internas el gobierno intenta retomar una agenda post-pandémica que reactive la economía nacional y recomponga el nivel de vida de las grandes mayorías. El FDT ante el desafío de avanzar o retroceder.
A dos años que la Pandemia global de covid que transformara , tal vez para siempre, las relaciones sociales, económicas y políticas a escala mundial; desde Palabra Activa considera imprescindible extraer algunas conclusiones. En primer lugar el período de Aislamiento Social Preventivo Obligatorio, mal llamado cuarentena, demostró la centralidad tanto de la acción del Estado como la importancia de la clase trabajadora para la aplicación concreta de las políticas públicas. Los trabajadores de la salud, los maestros volcados a las prácticas pedagógicas virtuales, los recolectores de residuos, los asistentes sociales, los productores de alimentos y los empleados de comercio entre otros fueron los que sostuvieron con su cuerpo la economía nacional durante esos difíciles tiempos. Mientras que los grandes empresarios aprovechaban la coyuntura para aumentar su tasa de ganancia aumentando los precios de la canasta básica y los organismos de crédito financiero internacional intentaban condicionar la acción gubernamental , la clase trabajadora ocupada y desocupada fue la que sostuvo tanto la producción como el cuidado sanitario. De allí que la alianza entre el gobierno nacional y la clase trabajadora deba entenderse como estratégica para ambos actores. En segundo orden , y el resultado electoral del pasado noviembre parece demostrarlo, el espiral inflacionario que orada el poder de compra del salario y las jubilaciones no sólo beneficia al discurso desestabilizador de la derecha criolla sino que también debilita la base de apoyo con la que cuenta el gobierno. Urge entonces tomar medidas de fondo que des-monopolicen la economía, recomponga el nivel de ingresos de las grandes mayorías y haga a los trabajadores partícipes de una porción cada vez mayor de la riqueza socialmente producida por la sociedad en su conjunto. En tercer lugar la radicalización de los discursos mediático-políticos de extrema derecha , sumado a cierto desgranamiento en la militancia popular, obliga a todo el campo progresista a retomar la tarea de escuchar las críticas , sincerar los debates y abrir la discusión política a toda la sociedad para elaborar síntesis colectivas que se traduzcan en medidas concretas que reparen el tan dañado tejido socio-económico. Dar el paso colectivo para transformar al FDT en un frente político y no meramente electoral es, entonces, una tarea ineludible. Finalmente, y como lo evidencia la inocultable voracidad de la derecha agraria, política, mediática y empresarial, el FDT deberá asumirse como una corriente nacional-popular y anti-neoliberal que no sólo repare el daño producido por las clases dominantes sino que enfrente a esos mismos sectores, los derrote y los suprima como factores de poder real. La tarea es grande y difícil. También urgente.
La nota Frente a frente me resultó interesante ,en lugar de criticar propone acciones y metas
Buenísima síntesis de la situación qué vive el país en el aquí y.ahora.Que pasa qué tanta gente, demasiadas diría yo qué expresa su descontento y no entiende los aciertos.
Los grandes medios de comunicación se adueñaron de la información,Ley de medios ya!!!
Y un gobierno que si tiene qué morir lo haga con las botas puestas.
Ante la voracidad de la derecha, no hay lugar para medias tintas
!!!Gracias Palabra activa por su invalorable aporte???
Gcias Aida x seguirnos y por tu invalorable aporte!
Excelente editorial.
Excelente síntesis. Se deberia formar algo similar al Frente Amplio uruguayo. Y urge una política confrontativa con el poder real para consolidar los apoyos que se perdieron por la tibieza y los buenos modales.