‘’La profesión más linda del mundo’’… (Como la llamó García Márquez), es también, una de las más arriesgadas. Una profesión que pone a prueba la honestidad de les que luchan y buscan un mejor porvenir, pero que también, la arrogancia de quienes a escondidas arman su estrategia para perseguir sus intereses.
¡El pueblo quiere saber de qué se trata!
En aquella recordada revolución que dio inicio y abrió senderos hacia la libertad, grandes personalidades no sólo se ocuparon de negociar el futuro de nuestra patria naciente, sino que también, muches se animaron a reconstruir las acciones y decisiones desde la palabra, desde la lucha colectiva y la convicción de informar al pueblo. Entre esas personalidades se destacaron Manuel Alberti, Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, que sin lugar a dudas fueron los pioneros en armar lo que se empezaría a conocer como la prensa argentina.
Un 7 de junio de 1810, Mariano Moreno publica ‘’La Gazeta de Buenos-Ayres’’, este fue el primer periódico argentino, cuya función era informar las ideas y decisiones tomadas en la Primera Junta de Gobierno. Gracias a esta iniciativa, el pueblo empezó a entender, muy de a poco, su derecho e importancia a estar informado.
Las limitaciones para la impresión
La imprenta disponible en la ciudad era la que se encontraba en la Casa de los Niños Expósitos (niñes recién nacides y abandonades) donde se realizaban todos los trabajos de impresión desde 1780. A pesar de sus tipos móviles gastados y su baja capacidad de producción, comparada a las que existían en países de Europa, la Real Imprenta fue la responsable de los primeros periódicos antes mencionados y donde Mariano Moreno publicó la traducción del Contrato Social de Jean-Jaques Rousseau y su tratado de economía conocido como «La representación de los hacendados».
Más allá de la adversidad…
Así como puede ser la más linda del mundo, pero también de las más arriesgadas, sabemos claramente que la adversidad ha perseguido a muches periodistas durante las diferentes épocas, sobre todo en la última dictadura cívico militar, la censura y el gobierno de facto se llevó consigo la desaparición y asesinato de quienes han tenido el valor de entablar, mediante la información, un vínculo con el pueblo que justamente eran de gran amenaza para las fuerzas del momento.
Gracias a la profesión periodística podemos ver un poco más allá de nuestra perspectiva, nutriendo siempre nuestro pensamiento crítico y el sentimiento de que un pueblo informado, es un pueblo valiente.
Martín Sebastián Orlando