Por Damián Ro
Foro de Géneros de Hurlingham
“Una palabra no dice nada Y al mismo tiempo lo esconde todo….Una mirada no dice nada Y al mismo tiempo lo dice todo”
Estos versos del cantautor Cubano Carlos Varela dan cuenta de una verdad irrefutable: el poder de las palabras y el valor de una mirada. Desde aquí nos vamos a detener a hablar de los discursos de odio.
La Argentina es un país que ha sentado precedente en el desarrollo de políticas de géneros y derechos humanos en Latinoamérica, jurisprudencia impulsada por la lucha de los movimientos sociales que se han hecho eco en las calles a lo largo de la historia.
La ampliación de derechos para la comunidad LGBTTIQ+ ha sido un largo camino. Leyes tales como: El matrimonio igualitario, La ley identidad de géneros, El cupo laboral travesti trans han permitido poner en discusión viejas creencias y discursos de odio, rancios para esta época y han fortalecido una sociedad que abraza el amor y la libertad de las personas, no solo desde el ámbito privado, sino también desde la participación social colectiva.
Todo esto ha sido posible fundamentalmente por una decisión política de no mirar para otro lado, sino justamente, poner el foco en la inclusión de la diversidad desde una mirada integral de las personas, que se traduce en un estado presente.
Desde la asunción del presidente Javier Milei y toda su comitiva han empezado a circular y reproducirse mensajes y acciones violentas, las cuales han sido avaladas e incluso producidas por miembros del actual gobierno.
Este cultivo da como resultado nuevos ataques y crímenes de odio como el horroroso atentado lesbofóbico ocurrido contra Pamela Cobbas Mercedes Roxana Figueroa, Andrea Amarante que fallecieron y Sofía Castro Riglos, única sobreviviente.
A plena luz del día, en la habitación del hotel que compartían las dos parejas de lesbianas sólo queda oscuridad: el hollín cubre de negro las paredes y unas pocas pertenencias. El domingo 5 de mayo, Justo Fernando Barrientos, el hombre del cuarto de al lado, materializó su amenaza. Abrió la puerta, arrojó un explosivo casero y las prendió fuego. “Cuando las mujeres lograron salir de la habitación, Barrientos comenzó a golpearlas y las empujó adentro al fuego de vuelta” reveló un vecino. Semejante saña del ataque es un rasgo frecuente en los crímenes de odio.
Diego Britez, otro vecino, dijo en relación a los prejuicios y el odio contra las personas LGBT+ “Acá hay mucha gente que piensa como él (Barrientos, el criminal lesbofóbico)”
Este crimen de odio se produjo posteriormente a la emisión del programa del periodista Tenembaum donde Nicolás Márquez* expresó un pensamiento lapidario y segregacionista, diciendo que “la homosexualidad es una conducta insana y autodestructiva”.
Entendemos que las mayores responsabilidades recaen en aquéllas personas que están frente a un micrófono, sobre instituciones u organismos que dan espacio a la reproducción de estos discursos y sobre un estado que no genera marcos regulatorios para la buena convivencia democrática. Sobre estas bases se fundamenta la legitimación del discurso.
“El límite de lo democrático es esa incitación y legitimación de la violencia que busca la exclusión, marginación, segregación o eliminación de otro”.
Cuando el estado no está presente para marcar este límite es cómplice y promotor de discursos de odio que terminan siendo discursos de muerte.
Imagen principal “Discursos de Muerte” fue realizada por El grupo EL MARTILLO. @grupo.elmartillo
* Escritor, conferencista y abogado argentino de ideología ultraconservadora y de la autodenominada derecha alternativa, una rama de la extrema derecha.
Fuentes:
Discursos de odio – Canal Encuentro
Crimen de odio en barracas.
https://youtu.be/2bIvqODO1BE?list=RDNS2bIvqODO1BE
Excelentes los textos presentados, realidad y compromiso se dan la mano.
Que las palabras tienen poder, no hay duda y eso lo saben quienes la usan para generar estos crímenes. El incalificable que opinó de esa manera sabía lo que podía provocar ( y de hecho provocó) un crimen, asesinando a varias personas. Dicho esto debería también estar imputado junto al que cometió esos crímenes. Por eso repito lo que ya dije varias veces, este es un gobierno de criminales, al no entregar los medicamentos oncológicos ya provocó la muerte de siete personas incluidas niños/as.
Que cierto, El poder de las palabras!!! Puen ser una caricia al alma, pueden darnos consuelo.Pero cuidado porqué pueden despertar odio cómo en este y otros horribles casos..
Gracias.por visibilizar lo, qué no se dice en cierto modo no existe!!!