En medio de un contexto casi hiper-inflacionario y un brutal saqueo a los salarios, el gobierno Libertario dirigió su motosierra contra trabajadoras y trabajadores de la educación. Análisis de un conflicto que recién inicia.
En la misma semana que casi la mitad del país comenzaba su ciclo lectivo, el presidente de la Nación descargó su furia ajustadora contra les docentes argentinos. En altisonantes declaraciones mediáticas el vocero presidencial anunció la “inexistencia de la Paritaria Nacional Docente “congelando los fondos que el gobierno federal transfiere a las provincias desde el año 1999 para asegurar un salario básico mínimo para todos los maestros, maestras, profesores y profesoras de todo el país.
Esta masa de dinero, conocida como FONID -Fondo Nacional de Incentivo Docente- fue resultado de los más de 1000 días de ayuno docente que se conoció como la Carpa Blanca. Si bien los sueldos docentes son “responsabilidad de los gobiernos provinciales” ese fondo compensador equiparaba las asimetrías salariales que se daban (y se siguen dando) en las distintas jurisdicciones. Por ejemplo en provincias como Santiago del Estero, Tucumán o Jujuy el FONID significa entre el 30 y 40 % del salario de bolsillo que perciben y hasta en provincias más prósperas como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires representa casi 15 puntos porcentuales.
A la vez y para empeorar el cuadro ajustador, también se eliminaron los refuerzos salariales que percibían los y las maestras en concepto de material didáctico y conectividad. La respuesta no se hizo esperar. La CTERA – Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina-, resolvió por unanimidad un paro nacional para el lunes 26 con movilización al Palacio Pizurno, la antigua sede del extinto Ministerio de Educación.
Si bien es muy difícil aventurar el futuro desarrollo de este conflicto es innegable que las perspectivas no son alentadoras.
Al igual que durante las administraciones de Menem, De La Rúa y Macri los y las docentes son, una vez más, elegidos como los “enemigos públicos” por el gobierno Libertario que parece desconocer la larga trayectoria de lucha que caracterizó a nuestra clase trabajadora y que llenará las calles de resistencia activa ante un modelo de saqueo que no reconocerá otro límite que el que el propio pueblo pueda imponerle.