El escenario internacional es altamente volátil. El sabotaje del Nord Stream 2 por parte de occidente nos puso al borde de la guerra nuclear. EEUU entrega armas ofensivas de largo alcance a los irresponsables nazis ucranianos. La potencia agresiva del norte genera provocaciones al Mar de China y azuza a los taiwaneses para mantener esa cuña frente a China. Una decena de guerras presionan para mantener precios altos de la energía y los alimentos. Los bancos centrales responden subiendo tasas de interés intentando enfriar mercados calientes. En nuestra región, se despliegan disputas desde los pueblos que producen nuevos liderazgos o refrendan los mellados por la guerra judicial de jueces y medios entrenados en los nuevos métodos de golpismo desde el norte neoliberal. La falta de respuesta rápida a favor de las mayorías incrementa desilusiones mientras redes y medios concentrados estimulan de modo agresivo las tendencias reaccionarias y conservadoras entre jóvenes y poblaciones dejadas afuera del crecimiento. Interpretados desde lo individual y no como producto de políticas y proyectos soberanos. El populismo sirve para etiquetar cualunquismos de derecha, oportunismos mediáticos y corrientes de opinión antes vergonzantes, hoy descaradas, contra el movimiento de igualdad de género, de trabajadorxs organizadxs, la política en general como herramienta de transformaciones profundas distributivas o soberanas. La pandemia y el aislamiento temporal agudizaron incertidumbres, fobias y odios inculcados paciente e intermitentemente desde las usinas ideológicas de la extrema desigualdad. Nuestro gobierno, luego de una exitosa y cuidada campaña contra la pandemia, generosa en cuidados y recursos; lidió como pudo para patear hacia adelante una deuda impagable. Sin herramientas para avanzar en un crecimiento más distributivo y muy condicionado por una estructura de poder fortalecida durante el cuatrienio macrista, fue poco audaz para crearlas o articularlas con la enorme reserva política existente en sindicatos, movimientos sociales, movimientos cooperativos, cámaras pymes, pymes y medianos empresarios dependientes del mercado interno, de sueldos y jubilaciones. Una coalición que sirvió para sacarle el gobierno al experimento repetidamente fracasado de los monopolios y su maquillaje democrático, que ejecutó un programa de ajuste salvaje, persecución, espionaje, destrucción de industrias y sus secuelas de desocupación y aumento de la pobreza. Esta coalición apuesta hoy a equilibrar cuentas, conservar dólares y estimular el crecimiento con bajos salarios. Una disputa en la que lxs trabajadorxs organizadxs estamos protegiéndonos con paritarias desiguales, debatiendo un aumento generalizado, planteamos bonos y salarios universales que compense el ataque de los formadores de precios concentrados. Tenemos banderas mas avanzadas, como la reducción de la jornada sin perder salario, la distribución de ganancias extraordinarias que NOSOTROXS producimos, una empresa nacional de alimentos que sirva de testigo y equilibre nacionalizar las vías navegables por donde pasa la producción agrícola, el litio… nuestra agenda está poblada de ideas y proyectos de futuro. El papel del movimiento obrero es clave y su potencia de movilización está intacta. Lo demostramos el 17 de agosto con medio millón de trabajadorxs ocupadoxs y desocupadxs en la calle. Estamos unidos por la política en el FDT, pero divididos en la orgánica, pese a los repetidos llamados a la unidad de nuestra CTA, de la corriente sindical y agrupamientos de la CGT en pleno desarrollo. La respuesta política de la ciudadanía al intento del femimagnicidio de nuestra conductora política, la única que pone ejes de debate estratégicos. El bloque social sindical y político (CTA T, CTA A, CGT Moyano, Corriente Sindical/CGT, Pymes y sector cooperativo, PJ pcial) es una forma de avanzar en ese proceso. Fortalecer la unidad es clave para que el FDT tenga un núcleo crítico, un piso de militancia y compromiso para tomar medidas más audaces y transformadoras hacia la igualdad y la distribución de la riqueza.
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