EDITORIAL
Redactor: Pablo Ambrosetti
En plena crisis recesiva el gobierno de Javier Milei alterna medidas de recorte presupuestario con una avanzada represiva. De la añoranza memenista a la visita a genocidas.
Mientras que el espiral inflacionario se descontrola y los salarios y jubilaciones son acribillados a tarifazo limpio, el gobierno Libertario avanza tanto en el plano político como simbólico. Por un lado , y sin que nadie pueda esgrimir demasiada sorpresa al respecto, parece estar logrando una alianza cada vez más sólida con sectores del PRO, la UCR y Gobernadores del PJ que le garantizaron hasta ahora las mayorías parlamentarias necesarias para descargar su furia ajustadora sobre docentes, Universidades, trabajadoras/trabajadores sindicalizados, jubilados y jubiladas.
Al mismo tiempo, y esto si pareciera novedoso, el gobierno ha logrado instalar con relativo éxito un discurso reaccionario que aglutina letanías macartistas, prédica anti-peronista, negacionismo ecológico con prédicas neo-fascista que cuestionan tanto las ideologías de género como los crímenes cometidos por la última dictadura. Por lo visto, batalla cultural y saqueo económico van de la mano. Frente a esto el grueso de la “resistencia” recae casi exclusivamente sobre descordinadas movilizaciones populares de docentes, universitarios, movimientos sociales y agrupaciones de jubiladas y jubilados que mantienen su presencia callejera a pesar de los balazos de goma y los gases lacrimógenos.
Pero la falta de conducción política es, al mismo tiempo, la causa y la consecuencia de la debilidad de esas movilizaciones particulares y la falta de reacción popular en general. Ni siquiera la escandalosa visita al Penal de Marcos Paz protagonizada por 10 diputados libertarios a genocidas condenados por delitos aberrantes parece haber hecho mella en el corazón de un gobierno que redobla sus prácticas de crueldad cada vez que puede hacerlo.
Si las medidas económicas tienen por exclusivo objetivo pulverizar el salario, enfriar la economía vía recesión y seguir empobreciendo a los pobres para poder enriquecer aún más a los ricos; la represión es la única garantía del sostenimiento del modelo económico y para ello es necesario asegurarles impunidad a las fuerzas de Seguridad que conduce Patricia Bullrich.
En los 70 este accionar se llamó metafóricamente “guerra anti-subversiva”, en los 90 “cirugía mayor sin anestesia”; hoy se llaman “Fuerzas del Cielo”.
Creo qué llegó el momento, Cierto, no nos van a callar!!!!
Muy buena y real la nota!!! Otra forma de tortura y muerte , con una crueldad qué se le parecen.Una oposición débil se ve cómo desmembrada.Los gremios ahí casi escondidos.
Hoy el segundo simbronazo fuerte,
me preguntó hasta donde aguanta la soga?
Gracias por leernos y principalmente x opinar. Son muy valiosas tus palabras!