Al cierre de esta nota se conoció el inefable pedido de prisión y proscripción política a Cristina, por una causa resucitada de parte del equipo judicial del macrismo. La reacción será impredecible, pero viene antecedida de lo que quería comentar, por ser protagonista y lector político.
Medio millón de trabajadorxs organizadxs unidxs en la acción, ocupadxs y desocupadxs, del sector privado, estatal y de la economía social. Ese es el músculo de la clase trabajadora en un día laboral sin paro, con un documento de síntesis pero sin oradores ni discursos que le den nervio de modo centralizado. Opacando otra movida minoritaria a Plaza de Mayo, que sigue sin comprender por dónde pasa la cabeza de quienes construyen unidad y mayorías para concentrar poder, prefiriendo el testimonio de lo que hubiese sido mejor si el mundo girara en la dirección correcta que marca su voluntad.
Y el debate de los que suman es el bono compensatorio por los puntos que nos robaron los que forman los precios y los que quieren dólares más caros. Quienes tienen los salarios más altos no aceptan achatar las escalas salariales, los que están por debajo de la indigencia (como los municipales) reclaman ayuda a los gritos. Quienes están contratadxs, tercerizadxs o en negro ni siquiera pueden chistar. Las paritarias son útiles, pero pierden la carrera contra les remarcadores.
Además de otras iniciativas ya presentadas y que están en trámite parlamentario, como la reducción de la jornada laboral (repartir el trabajo sin bajar los salarios), están la construcción de una empresa nacional de alimentos (que tenga precios testigos para toda la economía), la estatización de la hidrovía (por donde se escurre la evasión de los que exportan), un básico social que permita un piso de vida digna para los que no llegarán al mercado privado o el Estado. Y fundamentalmente, que la deuda la paguen los que la fugaron, algo que es estricta justicia en un país donde casi no hay.
Sabemos que los errores de opción de muchxs en 2021, quienes prefirieron castigar al gobierno que nos salvó de la pandemia pero no de la crisis que provocan… los que realmente mandan en sus partidos, nos dejó en debilidad en el Congreso. Y que esto se resolverá en la calle, con multitudes que vayan logrando más unidad orgánica, programas, agendas, ideas, liderazgos claros que sostengan lo que hace falta.
Lo que hay es esta CGT, la CTA y los movimientos sociales, con todos sus matices y diferencias. Esta es la fuerza social organizada más potente. El FDT debe abrazar cada iniciativa que salga de la clase, explícitamente y con el cuerpo. Sin clase trabajadora no hay peronismo. Les intendentes deben acompañar y todas las agrupaciones tienen un lugar alrededor de esta columna central de la lucha por la distribución de la riqueza.
No esperamos que quienes nunca entendieron qué significa construir mayorías lo entiendan ahora. Pero sí los que saben que nuestro gobierno necesita el protagonismo y el sostén de lxs trabajadorxs organizadxs empujando por la justicia social contra los que ya preparan los cuchillos contra todo derecho popular.
No es un proceso unívoco, con una sola dirección, pero si hoy generamos la agenda política necesaria, será más fácil avanzar para que seamos gobierno en 2023.
Es en defensa propia de nuestro pueblo y destino como nación independiente.
Gustavo Zapata
Secretario General de CTA
Morón-Hurlingham-Ituzaingó
Para Palabra Activa